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jueves, 16 de octubre de 2014
Emperadores del Alto Imperio
Infancia y juventud de Cayo Julio Cesar
Nacimiento Cayo Julio Cesar nació el tercer día antes de los Idus de Quinctilis (en su honor este mes acabaría denominándose iulius (Julio), es decir, nació un 13 de julio) en el año del consulado de Cayo Mario y Lucio Valerio Flaco, aprox. sobre el año 100 a C. o lo que es lo mismo, en el 644 ab urbe condita. Como todo romano, nació en casa de sus padres: Cayo Julio Cesar y Aurelia, hija de Aurelio Cota, en su ínsula en el abarrotado barrio de Subura. Las fuentes no hablan que naciera por cesárea (forma de nacer llamada así en su honor) y es poco probable que así ocurriera, ya que, aunque esta técnica era conocida en la antigüedad, resultaba muy peligrosa para la madre, que solía morir en el parto, y sin embargo, sabemos que Aurelia vivió muchos años y que tuvo dos hijas más, ambas con el mismo nombre: Julia. Gens Julia Cayo Julio Cesar pertenecía a la clase aristocrática. Era patricio por parte de padre (gens julia) pero tenía cierto componente plebeyo ya que su madre, Aurelia, hija de Aurelio Cota, provenía de una importante y rica familia de origen plebeyo. Como todo romano, su nombre contaba con tres partes bien diferenciadas: el praenomen que individualizaba a cada miembro de la familia y vendría a ser como el nombre de pila actual. Por regla general, en las familias romanas, todos los ascendientes solían llevar el mismo praenomen, por lo que el padre de César se llamaba Cayo, seguramente su abuelo, y posiblemente, muchos otros miembros de la rama de los César. El segundo nombre, nomen, era el más importante y designaba el linaje. La gens Julia era una de las familias patricias más antiguas de la República, reconocida así por la propia aristocracia de su época, sin embargo, no llegó a tener gran relevancia pública, a diferencia de otras familias como los Fabios, los Escipiones o los Metelos que si supieron mantenersel en el poder y siguieron alcanzando altas magistraturas a pesar del empuje de las familias de origen plebeyo. Aunque las fuentes mencionan a miembros de la familia Julia durante los siglos V y IV a C., no será hasta el año 208 a C. cuando un ascendiente de esta familia, Sexto Julio Cesar, obtuvo cierta notoriedad al conseguir la pretura y posteriormente, ser gobernador de Sicilia. Durante toda su vida, César siempre se mostró muy orgulloso de pertenecer a esta antigua familia a la que hacía desdecender de la Diosa Venus como demostró al realizar el elogio en el funeral de su tía Julia, esposa de Cayo Mario, y de su mujer Cornelia, hija de Cinna, ambas fallecidas cuando Julio Cesar era Cuestor, aprox. sobre el año 69 a C. Según Plutarco: "Mi tía Julia desciende por parte de madre de los reyes, y por el lado paterno está emparentada con los dioses inmortales. En efecto, de Anco Marcio descienden los Marcios Reyes, de los cuales extrajo el nombre de su madre; de Venus los Julios, de cuya gens forma parte nuestra familia. Por tanto, en nuestra estirpe está presente tanto el carácter sagrado de los reyes, dotados del supremo poder entre los hombres, como la santidad de los dioses, que tienen poder sobre los mismos reyes". Por tanto, aunque la gens Julia no tenía gran relevancia pública, si que era conocida por todos tanto su antigüedad como su origen "divino". Los miembros de esta familia aseguraban que su linaje procedía de Iulo, el hijo del gran Eneas, de aquel troyano huyó de su ciudad para, después de recorrer el mediterráneo y padecer mil y una aventurase, acabó asentandose en Italia y, que segun la leyenda, tenía un origen divino ya que era fruto del amor entre el humano Anquises y la diosa Venus. El tercer nombre, cognomen, concretaba la familia dentro del grupo de familias que suponía el nomen o linaje. Según alguna fuente tardía el origen del cognomen César proviene de la palabra cartaginesa elefante, nombre que se le otorgó al pretor Sexto Julio por haber matado a un paquidermo en plena batalla. Otras fuentes hablan de otros significados para la palabra Cesar. Independientemente del origen, lo que si sabemos con seguridad es que esta familia de los Julio Cesar se separó en dos ramas bien diferenciadas, ya que aparecen registradas en tribus distintas en el censo a mediados del siglo II a C. Y una de esas ramas de la familia Julio Cesar, a la que no pertenecía nuestro protagonista, cosechó más éxitos como lo demuestra el consulado obtenido por Lucio Julio Cesar en el año 157 a C. y que no pertenecía a la rama familiar de César. Ya en el siglo I a C. encontramos a varios Julios Cesares obteniendo magistraturas relevantes: el consulado de Sexto Julio César en el año 91 a C. y Lucio Julio César en el año 90 a C. En ese mismo año 90 resultó elegido edil Cayo Julio César Estrabón (el estrábico) hermano de Lucio. Las fuentes no hablan de la relación de estos miembros de la aristocracia con César. Tal vez fuesen los hermanos del padre de César o tal vez no. En todo caso, observamos como en los años anteriores al advenimiento de César su familia empezó a tener una importante relevancia pública. Familia y educacion Si bien la familia de los Julio Césares era una aristocrática familia de gran antigüedad y mayor linaje, no es menos cierto que, según las fuentes, todo parece indicar su pobreza y escasez de recursos. Se puede decir que el abuelo de César, del que poco sabemos, acaso que se llamaba Cayo, tenía como mayor tesoro su origen familiar y eso es lo que hizo durante su vida: explotar su linaje mediante alianzas para garantizar un posible éxito en el cursus honorum para sus hijos. Se casó con Marcia, hija de Quinto Marcio Rex, pretor en el 144 a C. y de esta unión nacieron, que se sepa con seguridad, dos hijos: Cayo (el padre de César) y Julia, la tía de César, famosa por el elogio que le dedicó su sobrino en la tribuna de los rostra en el año de su cuestura y por ser la esposa de de Cayo Mario, el hombre nuevo de Arpinum, el Primer Hombre de Roma a finales del siglo II a C., el hombre que liberó a Roma de su destrucción a manos de los barbaros del norte (cimbrios y teutones), el hombre que por primera vez conseguía encadenar varios consulados hasta un número increíble de cinco (resultó elegido cónsul siete veces a lo largo de su vida), en definitiva, un hombre sumamente rico que bien pudo relanzar la relevancia pública de la familia del abuelo de César. Puede que hubiera un tercer hijo, Sexto Julio César, aquel que llegó a cónsul en el año 90 a C. pero no se sabe con certeza. Respecto al padre de César, sabemos que obtuvo la cuestura en fechas próximas al nacimiento de su primogénito y que posteriormente resultó elegido pretor, tal vez entre el 92 al 90 a C. a lo que le siguió un año de gobernador en la provincia de Asia. Murió una mañana del año 85 a C., posiblemente de un infarto, al poco de levantarse de la cama y justo cuando se estaba calzando. Por aquel entonces César contaba con 15 años y de esos años sabemos que buena parte los pasó su padre en la administración de los repartos de tierras en el norte de Africa para los veteranos de Mario y algunos otros en el gobierno de la provincia de Asia, por lo que es fácil llegar a la conclusión que, para César, si en su juventud hubo una influencia relevante, esa fue, sin duda, la de su madre, Aurelia. La madre de César provenía de una familia de origen plebeyo de gran importancia en la época, ya que su padre y su abuelo fueron cónsules, en los años 114 y 119 a de C., así como tres de sus primos. Aurelia fue, sin duda, toda una matrona romana que se encargó del cuidado de su hijo con esmero y de forma personal como nos cuenta Tácito: "velando por su casa y siendo una esclava para sus hijos, con una virtud que infundía respeto, moderando incluso sus aficiones e inquietudes. Así se ocupó Cornelia, la madre de los Gracos, de la educación de sus hijos y consiguió que llegaran a ser personajes de primera fila; y lo mismo hizo Aurelia con César y Acia con Augusto". |
Cayo Julio Cesar
En los próximos meses y años abordaremos en profundidad la vida y obra del mayor romano de todos. Puede que nos encontremos ante el mejor general de la historia y tal vez, uno de los personajes más destacados de la humanidad. Nos referimos, obviamente, a Cayo Julio Cesar, sin lugar a dudas, un hombre excepcional, un hombre que marcó un hito en el devenir de la civilización occidental. Fue gran político y mejor gobernante y su vida está marcada porque supo adelantarse a su tiempo. Vislumbró la decadencia de la República, atrajo para Roma lo mejor de las provincias, comprendió que los territorios conquistados necesitaban de un nuevo sistema de gobierno .... A raíz del acuerdo de Luca, entre Craso, César y Pompeyo, el historiador Theodor Mommsen se pregunta la razón de porqué un Cesar en alza y en plena conquista de las Galias apoya el nuevo consulado de Pompeyo. ¿Quizás porqué Julio Cesar no se encontraba seguro de su ejército como para lanzarse a un enfrentamiento directo contra la aristocracia romana o quizás porqué pensaba en la seguridad de Roma? Al respecto, el historiador concluye con estas palabras ciertamente clarificadoras sobre la ambición y la audacia de Julio César. "En el alma de César había muchos otros sentimientos al lado de las preocupaciones del político. Digan lo que quieran sus biógrafos, la Galia no era a sus ojos una conquista del momento y a propósito para valerle la corona, sino que en esta vasta empresa iba también envuelta la seguridad exterior de Roma, su reorganización interior y, en una palabra, todo el porvenir de la patria. Para terminar su conquista antes de ser reemplazado, y para no tocar antes de tiempo la embrollada complicación de los asuntos de Italia, abandonó sin vacilar su inmensa ventaja sobre sus rivales y dio a Pompeyo la fuerza necesaria para batir al Senado y a sus adherentes. Si no hubiera llevado otra mira que la de hacerse rey lo más pronto posible, César habría cometido seguramente en Luca una falta muy grave. Pero, en esta alma rara, la ambición no se limitaba a la humilde adquisición de un trono, siquiera fuese el del Imperio Romano. Se había impuesto dos tareas inmensas que debía cumplir a la vez: en el interior, dotar a Italia de una sistema político mejor; en el exterior, conquistar y asegurar para la civilización italiana un terreno virgen y nuevo. Sus proyectos fueron naturalmente contrariados muchas veces; y si bien su expedición a las Galias le abría el camino hacia el trono, no dejaba de detener sumarcha. ¡Cuántas amarguras se preparaba retrasando la revolución italiana hasta el año 706, cuando hubiera podido hacerla en el 698! No importa: general u hombre de Estado, César era muy audaz: tenía gran fe en sí mismo y despreciaba a sus adversarios, apoyándolos algunas veces más de lo que exigía la prudencia". Nunca sabremos con exactitud si César aspiraba al trono de Roma. Para saberlo habría que preguntarselo directamente a él. César era un aristócrata formado en la cultura y caldo de la República. Se podría decir que se presentaba como un republicano popular dispuesto a cambiar o mejorar el sistema de gobierno. Derrotas como la de Arausio son un ejemplo del desastre al que la República conducía a Roma. Se requería coordinación, eficacia y rapidez para articular la defensa de la ciudad y esas ideas jamás podían encontrar acomodo en romanos orgullosos como Quinto Cepio, por ejemplo. Julio Cesar aspiraba a ser el primer hombre de Roma |
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Ruinas romanas de Singilia Barba
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Ruinas del teatro romano de Málaga
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Ruinas de Baelo Claudia
(En construcción) La ciudad romana de Baelo Claudia, sobre la orilla norte del Estrecho de Gibraltar, se encuentra enclavada en la parte oeste de la ensenada de Bolonia. Las sierras de la Plata y San Bartolomé forman un pequeño arco que la dejan enmarcada entre montañas, de tal manera que fue el mar su mejor medio de comunicación, y a él le debe su riqueza y su reputación. La industria pesquera, fundamentalmente del atún, constituyó su principal fuente económica. Ya Estrabón, en el 18 d C. nos contaba que Baelo es un puerto donde generalmente se embarca hasta Tingis (Tanger), en Mauritania. Es también un emporio que tiene fábricas de salazones ... Baelo Claudia nace a finales del siglo II a de C. Su origen y posterior desarrollo están muy ligados al comercio con el norte de Africa. Es posible que ejerciera ciertas funciones como centro administrativo. Sin embargo, fue la industria de salazón del pescado y de las salsas derivadas del mismo (garum), su principal fuente de riqueza, consiguiendo cierta pujanza, sobre todo, bajo el emperador Claudio (41 - 54 de C.) que le otorga el rango de municipio romano, convirtiéndose en el periodo de máxima prosperidad. El declive económico de Baelo Claudia se inicia a finales de la segunda mitad del siglo II, posiblemente a causa de un terremoto que sufrió la zona. En el siglo III el comercio experimente un ligero rebrote, tras el cual la ciudad cae poco a poco hasta su total abandono en el siglo VII. Puerta Oeste o de Gades Decumanus maximus. Se encuentra muy bien conservada. Tiendas en el decumanus maximus, junto a la puerta oeste o de Gades. Basílica con estatua de Trajano y vista parcial del foro. Foro Puerte Este o de Carteia. Restos de la muralla romana de la puerta Este o de Carteia. |
Ruinas de Acinipo
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Los orígenes de Roma
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