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miércoles, 30 de diciembre de 2009

Marco Tulio Cicerón

Nacimiento y educación


Marco Tulio Cicerón, orador, político, filósofo y escritor romano, nació en una familia de caballeros, cerca de Arpino, a unos cien kilómetros de Roma. Su abuelo, de igual nombre, fue un ciudadano romano destacado. Su padre J. C. Marco Tulio Cicerón lo instruyó en leyes y al morir le dejó una gran fortuna. Conocemos la vida de Cicerón, entre otros, gracias a la biografía que de él escribió Plutarco, a su abundante epistolario, que se ha conservado, y al celo de los humanistas del siglo XV y XVI que copiaron los raros manuscritos de sus discursos y otras obras.

El apodo "Ciceron" deriva de cicer, guisante; según unos por dedicarse su familia (la familia Tulia de Arpino) al cultivo del guisante; según otros por tener una verruga en la nariz como un guisante.

Recibió una excelente educación y tras una brevísima carrera militar y tres años de experiencia como abogado en los tribunales de justicia en causas privadas, viajó a Grecia y Asia para continuar sus estudios. Fue discípulo de Fedro el Epicúreo, de Filón el Académico, de Diodoto, de Antíoco de Ascalón, de Zenón y de Posidonio. Esta multiplicidad de maestros hizo que Cicerón aplicara distintas concepciones a los problemas filosóficos. Sus planteamientos relativos a la moral estaban cercanos al estoicismo, mientras que en gnoseología defendía un escepticismo moderado; todas estas influencias y lecturas darán al cabo en el eclecticismo y en él sintetizará la tradición griega reescribiéndola en latín.

Carrera política

Regresó a Roma en el 77 a. de C. y comenzó su carrera política hasta que en el 74 adC se incorporó al Senado con su ascenso a cuestor. Continuó ejerciendo de abogado y destacó en diversos procesos, en especial el de Sexto Roscio, y el sostenido contra Verres.

En el año 70 a. de C. los habitantes de Sicilia rogaron a Cicerón que se hiciera cargo del proceso contra Verres, el corrupto gobernador de la provincia, que había saqueado la isla a placer en su propio beneficio. Cicerón corrió un gran riesgo, ya que Verres pertenecía a la nobleza y tenía amigos poderosos. No obstante, llevó el caso con tal brillantez que Verres se vio obligado a exiliarse incluso antes de que el proceso hubiera concluido. Cicerón, que contaba entonces con treinta y seis años, se convirtió en el abogado más reputado de Roma.

Cicerón fue elegido cónsul el 64 a. de C. Militaba en el partido de la nobleza senatorial, pese a ser un homo novus, y por eso se enfrentó a los seguidores del partido popular. Durante su consulado denunció y reprimió la conjura de inspiración social de su antiguo rival por el consulado, Lucio Sergio Catilina, contra quien compuso sus famosas Catilinarias, discursos en que denunciaba la conspiración ante el Senado. Se le achacó demasiada dureza en la represión de los sublevados, y hubo de exiliarse el 58 adC. Tras un año emigrado en Macedonia, Pompeyo le perdonó y pudo regresar.

En el año 51 a.de C. aceptó el cargo de procónsul de la provincia romana de Cilicia, regresando a Roma en el 50 adC. Apoyó a Pompeyo contra César en la guerra civil, porque le parecía más republicano. Sin embargo, al vencer César finalmente en el 48 adC, Cicerón comprendió que era inútil toda oposición, y César le perdonó por su gran prestigio como escritor y pensador. No obstante, Cicerón declinó toda actividad política y se dedicó a escribir. Soportó a duras penas la tiranía, ya que era un republicano convencido; sin embargo, al ser asesinado César el 44 adC, volvió a la política y se opuso con todas sus fuerzas a su discípulo Marco Antonio, escribiendo contra él sus famosas Filípicas e incluso estableciendo amistad con el hijo adoptivo de César, Octavio Augusto, pero fue asesinado por los partidarios de Marco Antonio el año 43 a. de C.

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